¿Hacia qué sociedad nos estamos dirigiendo? La respuesta es: hacia una “trustless society”.
El bitcoin y las criptomonedas llegaron para quedarse. Gracias a ellas, tenemos la posibilidad a escapar del más importante control del estado: la moneda.
1.- Génesis
Las tecnologías no son perfectas, pero cada avance tecnológico radical ha traído cambios en la sociedad que nos han llevado a nuevos caminos antes inexplorados. El bitcoin y la tecnología blockchain pertenece a estas disrupciones políticas y sociales, a un lado de la imprenta y las redes sociales.
El día 31 de octubre del año 2008 se publicó el whitepaper de bitcoin: Bitcoin: un sistema de dinero en efectivo electrónico peer-to-peer. Donde se explica los elementos técnicos de un sistema de intercambio de activos digitales (criptomonedas) que no requiere de ninguna entidad que verifique o asegure los activos intercambiados: adiós a los bancos.
Lo más extravagante de su aparición fue que en la primer transacción se introdujo un metadato dentro de la red, este metadado ha quedado cristalizado en lo que se conoce como el genesis block; dice lo siguiente: The Times 03/Jan/2009 Chancellor on brink of second bailout for banks.
Muchos no recordarán el caos global que se vivía en aquel momento, pero para todos los países del mundo parecía “the dooms day”. Suicidios, bancarrotas, desempleo, desesperanza y miseria. Todo esto ocasionado por la avaricia de los grandes banqueros y sus compinches. Bitcoin había declarado la guerra.
2.- La amenaza cypherpunk
Al principio todo parecía una estafa. ¿Cómo alguien piensa que le voy a cambiar dólares por un pedazo de bits, unos y ceros incustados en una memoria usb? “Quien sea que haya creado esta estafa ponzi debía estar haciendo el negocio de su vida“.
Solo para unos pocos, la propuesta de Satoshi Nakamoto (autor del whitepaper) parecía real, solo aquellos entrenados en ciberseguridad y criptografía entendían la genialidad oculta detrás del supuesto esquema ponzy; a estos pioneros del las tecnologías base del blockchain se les conoce como cypherpunks. Gracias a su entusiasmo, bitcoin logró ir desde $0.00099 usd por bitcoin hasta un máximo de $0.39 usd por bitcoin en 2010. El resto es historia.
Con la subida imparable de bitcoin, la cuestión es ¿por qué queríamos frenar una tecnología que reemplaza de forma eficiente la necesidad de los bancos? El problema es la función que los bancos desempeñan a nivel político.
Las naciones estado han creado una estructura financiera para “estabilizar los mercados” que depende de la capacidad de las entidades bancarias de generar deuda. En términos muy simples, cuando la economía está paralizada, el gobierno emite deuda a los bancos para que estos emitan deuda en los mercados. A esto se le llama impresión de moneda.
Para entender esto, veamos una gráfica de la inflación del dolar desde su separación del estándar ORO:

Esta gráfica es sumamente reveladora: hasta el año 1971 el dólar estaba respaldado en oro. Nixon puso fin al patrón y creo la estructura financiera del nuevo imperio, la impresión de dólares. Como puede verse, el movimiento del precio, al estar respaldado, seguía una correlación 1 a 1, en cuanto el respaldo queda anulado, el precio del oro comenzó a subir, ¿cierto? No, el oro tiene inflación, derivada de las actividades mineras, sin embargo la inflación del dólar se quedó desligada de las restricciones físicas que impone el oro, lo que llevo al dólar a un proceso de decadencia que ha continuado hasta el día de hoy.
Es términos simplistas, podemos decir que el valor de un activo está determinado por la ley de la oferta y demanda, si el activo tiene una existencia limitada, su “oferta” queda restringida. Si el activo puede imprimirse o crearse de la nada, su existencia inunda los mercados de forma tal que hay un desbalance debido al incremento de oferta, lo que lleva al precio a caer de forma ininterrumpida en función de la irresponsabilidad de la entidad que emite la moneda, en este caso, el gobierno de los Estados Unidos.
La genialidad de bitcoin es que su diseño criptográfico determina que su existencia es limitada; es aún más escaso que el oro, pues siempre podemos minar más oro, pero bitcoins solo habrá 21,000,000 en total, ni uno ni más bitcoin en circulación por el resto de su existencia. Este diseño garantiza que su tasa de inflación, debido a su oferta limitada, sea cero o incluso menor a cero.
Dicho esto la conclusión es evidente: el bitcoin es un activo con la propiedad de preservar el valor mejor que el dólar e incluso mejor que el oro. Esta es la razón de su incesante incremento en precio a lo largo de sus 18 años de existencia.
Ahora estamos preparados para explicar por qué el bitcoin representa una de las mayores amenazas para las naciones estado. Es un sustituto de la moneda circulante avalada por el estado con mejores cualidades y, adicionalmente, incensurable, pues no hay entidad o individuo en el mundo que pueda anular una transacción de bitcoins, a diferencia de lo que ocurre cuando el gobierno determina que va en contra de sus intereses que las personas accedan a su dinero (caso 2009, donde los bancos cerraron sus puertas para que sus “clientes” non pudieran sacar sus dólares.
La amenaza se presenta en tres pérdidas importantes para el gobierno:
- Imposibilidad de imprimir bitcoin directo de electricidad: lo que hace responsable al gobierno directamente de generar recursos para sus operaciones, en lugar de solo imprimir y delegar el coste a sus poseedores.
- Imposibilidad del gobierno de censurar transacciones o tomar control sobre los activos de un tercero, lo que limita las capacidades del estado de censurar aquello que vaya en contra de sus intereses.
- Imposibilidad de cerrar una moneda que es competencia a la nacional, como lo hizo en el caso de bitcash y en muchos otros ejemplos históricos donde una moneda no controlada por el estado era indeseable.
3.- El futuro de la moneda
Al día de hoy, el gobierno es consciente de la amenaza de las criptomonedas y ha llevado una larga guerra en contra de ellas. El último esfuerzo se concentra en incorporar las criptomonedas a su sistema financiero actual. La estrategia es simple: avalar la compra de bitcoins dentro del sistema financiero, AKA, wallstreet, para que estas entidades reguladas puedan “emitir” bitcoin a los ciudadanos, es decir, emitir certificados respaldados en bitcoin.
La gran ventaja para el gobierno es que los activos quedan custodiados por una entidad que a su vez es regulada por él. El gran inconveniente para el inversor es que al optar por una alternativa de bitcoin custodiada, la cualidad de bitcoin o de cualquier criptomoneda de “servir como medio de intercambio” queda anulada, lo que deja poco espacio al gobierno para atraer a la población general, pues los grandes capitales siempre optan por una opción custodiada.
Así, el gran enemigo del estado se encuentra en este momento en las personas de a pie, aquellas que no necesitan una garantía en cuanto a custodia y están dispuestos a resguardar por si mismos sus activos criptográficos.
Sin embargo, la no regulación conlleva un riesgo importante para el inversor: cualquiera puede añadir nuevas criptomonedas a las redes blockchain e incluso crear su propia red, y debido a la no censurabilidad intrínseca a estas, los estafadores y los “inteligentes” están a manos servidas.
Si una cosa nos queda claro en este punto, es que bitcoin es un activo digital legítimo. Luego hablaremos más de las distintas altcoins y los riesgos inherentes a ellas.
Mi predicción para los siguientes 10 años es que la narrativa antes expuesta proliferará, haciendo conscientes a los usuarios de moneda sobre el abuso sistemático de los gobiernos y el daño que esta “inflación controlada” ocasiona en la vida y el patrimonio de todas y todos nosotros, quienes tienen que trabajar de sol a sol para conseguir un poco de patrimonio para después de 20 años verlo reducido a cenizas (véase argentina como un ejemplo).
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